Cómo reducir el tiempo de retardo en streaming de vídeo

El lag o retardo es uno de los molestos efectos que pueden producirse en emisiones de vídeo mediante streaming cuando se produce alguna deficiencia en la transmisión de los datos, la compresión de las imágenes, la conexión… y la fluidez de vídeo y sonido se interrumpe.

El lag o retardo supone la interrupción o falta de sincronía en una transmisión de vídeo a través de Internet

Quienes efectúan transmisiones de vídeo a través de YouTube o Twitch, o quienes hacen frecuente uso de las videoconferencias y reuniones virtuales en plataformas como Zoom saben que un retardo considerable puede arruinar la experiencia de los espectadores. Y a veces el propio emisor puede remediar la situación con soluciones como las siguientes.

-Cerrar todo lo que no se esté usando: Parece un consejo muy burdo pero en ocasiones su sencillez resulta demoledora. Cualquier aplicación, programa, proceso o rutina que no esté directamente relacionado con el streaming de vídeo resultará perjudicial al acaparar recursos del equipo, de manera que casi lo primero que habría que hacer es cerrar todo aquello que no se vaya a usar durante el streaming y que no esté relacionado con el mismo.

-Conectarse directamente al módem: Es uno de los recursos esenciales para mejorar la velocidad de conexión a Internet y, por ende, minimizar el posible retardo en un streaming de vídeo. Se evita depender de la señal inalámbrica de la red WiFi y mediante el cable se conecta directamente la tarjeta Ethernet del ordenador al módem, con lo que se amplía la velocidad y el ancho de banda. En caso de que el ordenador no disponga de puerto Ethernet habrá que acudir a un adaptador.

-Red mesh o de malla: Si por las circunstancias que sea es imposible la conexión física entre el ordenador y el módem y no cabe más remedio que hacerlo mediante WiFi puede presentarse otro problema, el de la deficiente conexión, por ejemplo si hay mucha distancia entre ambos dispositivos, o bien obstáculos como muebles o paredes. En estos casos habrá que apoyarse en extensores de red WiFi, siendo los más eficaces los que emplean la tecnología denominada mesh o de malla. Consiste en generar un única red independientemente del número y ubicación de los extensores de WiFi de manera que el dispositivo siempre estará conectado al que disponga de mayor potencia sin crear conflictos al migrar la conexión de una a otra estación base.

-Modificar los parámetros del streaming: El programa gratuito de código abierto OBS (Open Broadcaster Software, disponible para Windows y Mac) permite regular las condiciones en que se realiza el streaming, con lo que puede adaptarse la calidad de la imagen al ancho de banda disponible. Siempre resultará deseable poder ofrecer una calidad 4K de vídeo, pero si la conexión no permite que el resultado sea fluido puede modificarse a 1080p (un cambio que quizá no todos los espectadores lleguen a poder apreciar) o incluso 720p, donde sí podría apreciarse la diferencia de calidad pero a cambio la transmisión ganaría en fluidez.

-Usar un disco duro externo: El almacenamiento en estado sólido proporciona una mayor velocidad que os tradicionales discos mecánicos, por lo que utilizar este tipo de discos permite mejorar la velocidad de los procesos que intervienen en aplicaciones y programas relacionados con el streaming de vídeo. Sería recomendable instalar en discos duros externos estos programas dedicados a producción y edición de estos contenidos. Adicionalmente se libera espacio en el propio ordenador, lo que también ayuda a mejorar su funcionamiento (y su velocidad).

-Mejorar el plan de conexión: En ocasiones no hay otra forma de mejorar la conexión que ampliar las características contratadas o incluso cambiar de proveedor.

-Cambiar de ordenador: Al igual que con la conexión a Internet, a veces todo tine un límite de mejora sobre el que no se puede actuar, y como en muchos otros casos puede suceder que el equipamiento usado haya quedado obsoleto y no quede otro remedio que actualizarlo adquiriendo otro más moderno, potente y capaz. En estos casos una recomendación habitual es adquirir un ordenador con la máxima cantidad de RAM posible, además de la mejor tarjeta gráfica posible (posible también significa «que el usuarios esté en disposición de pagar»), puesto que serán los dos elementos más determinantes para la gestión y el streaming de vídeo.

Fuente: Trecebits

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